Para algunos eso del 2012 y el nuevo ciclo del mundo es una parrafada. Pues sea por lo que sea estos días han sido de definir tantas cosas... cosas que llevaban en el aire mucho tiempo y que ahora se comienzan a concretar. Es como haber tenido un cielo nublado por meses (o un par de años) y que de pronto salga el sol. Se están haciendo caminos en diferentes sentidos porque soy 'multidireccional'. Hay cosas de mi vida que no puedo hacer a un lado porque las llevo conmigo (como la música, pero también lo del parto respetado y lo de doula), porque las vivo día a día (el educar en familia y claro! la familia misma ;) o porque son sueños compartidos con Fabián. Y siento que todo eso ahorita, justo ahorita se han movido y eso me tiene muy contenta, pero a la vez con la cabeza enrollada de cúanto trabajo es todo esto y de cómo haré para organizarme y darle a cada cosa su tiempo y su importancia.
He aprendido muchísimo estos dos años de crisis personal. He aprendido que hay que soñar, que hay que tener metas fijas y que hay que trabajar mucho por ellas. He aprendido que hay metas que cuentan en el tiempo, como cuando uno dice "este año quiero hacer..." pero también he aprendido que hay otras metas (en especial algunas grandes) en las que el tiempo que me demore en cumplirlas no es lo importante, porque lo importante es la meta en sí, sin importar si se logra en 5, 10 o 20 años. Sueño y metas forjan el camino, la llegada es una consecuencia de ello. Ponerlo en palabras es tan sencillo pero llegar a comprenderlo me ha llevado mucho tiempo.
Creo que Iryna está pasando por el mismo proceso, pero creo que ella aun tiene su cielo nublado, espero que pronto pueda ver el sol. Y para concluir esta entrada, y pensando en mi niña grande, comparto este poema de Cavafis:
Ítaca
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
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