miércoles, 21 de julio de 2010

Déjela en la cuna, usted necesita descansar - Duerma con él para que el bebé no sienta frío.

(No es el post más inspirado, pero... no todos los días la musa llama a la puerta y hoy la mía se quedó dormida)

Por recomendación de Ale de Cuatro en la Cama, llegué al blog de Luz: De boca en boca y me ha dejado mucho para pensar y quiero compartirles un poquito.

Mi madre nos crió con la medicina moderna de la cuna, el tetero, el coche y la independencia. Lactancia máxima hasta los 8 meses, luego al biberón (aunque a mi me lactó hasta los 5 meses y nunca recibí el tetero). En la cuna hasta los 8 meses y luego a dormir en cama grande solos (ya me explico mi pánico a la soledad y al abandono, del que sufrí muchos años, y una parte de mi miedo a la oscuridad). A la generación de nuestros padres les tocó una fuerte oleada de medicalización de la vida y los médicos eran casi dioses, así que su palabra era ley, ¿quién podría dudarlo?

Cuando nació mi niña mayor (mi "hija de indias"), la frase de la enfermera fue "Déjela en la cuna, usted necesita descansar". Durmió en la cuna como 5 días, y luego de sufrir el levantarse 4 o 5 veces cada noche, pararse, sacarla de la cuna, sentarse, darle de comer, acostarla, acostarme, fue evidente para mí que eso no era lo más práctico. Así que pasó a la cama conmigo, calientita, abrazada y lista para comer sin tanto complique. Yo la alzaba mucho y mis padres me decían que "se iba a acostumbrar a brazos", y aunque quise, no les hice mucho caso. Iryna durmió conmigo hasta que nació su hermano.

Cuando nacio Cedric la enfermera me dijo "Duerma con él para que el bebé no sienta frío", y así lo hice. Iryna paso a dormir en cama grande y yo seguí acompañada de mi mono hasta los 3 años más o menos.Y la cuna, que fue la de mis hermanos y también la mía, se quedó guardada.

Los dos pequeños durmieron con nosotros desde el primer momento. Líam con casi 2 años sigue a mi lado y así será por lo menos hasta que lo deje de lactar. Anuk, aunque tiene cama propia en el cuarto de al lado, sigue durmiendo casi todas las noches en una camita baja que tenemos pegada a la nuestra.


Venimos de una corriente que cree en dejar llorar los niños, en el biberón, en el cortar los lazos instintivos y biológicos que nos llevan a proteger a nuestros bebés, ¿cuáles fueron los ideales de quienes iniciaron este desquiciado proceso?

Pocos, creo yo, nos hemos salvado de caer otra vez en lo mismo. Pocos (al menos en donde vivo), practicamos colecho, porteo y al menos algunas cosillas de crianza con apego. Yo veo a mis hijos y no puedo evitar comparar los pequeños y los mayores; a los pequeños los veo más seguro, confiados, tranquilos y autosuficientes. A los grandes (a pesar de ser grandes), más apegados, temerosos y frágiles.

Aprender de los errores, seguir adelante, reevaluarse cada día, reparar si lo permitimos. Vivir.

6 comentarios:

Desdemicordilleradelosandes dijo...

Que cierto lo que escribes. Ayer mi madre me decia que yo debia exgirle a mis niños a comportarse y yo le respondi , yo los guio y los contengo . Es como que yo hablara hungaro y ella chino, no hay comprension. Y eso nos eleja.
un beso

Silvia dijo...

Totalmente cierto. A veces no es necesario un post rimbombante para expresar estas verdades. Mis padres son de esa generación de la veneración a los doctores. Mi marido lo mismo. Nosotros ni cinco meses, directos al biberón, cunas y camas solitas. Yo también tuve una etapa de miedo a la oscuridad. Mi abuela dormia en la cama de al lado mia, con lo cual todo iba bien, no era con mis padres pero al menos estaba acompañada. Todo cambió cuando mi abuela se quedaba levantada más rato y yo tenía que afrontar el sueño sola...que horrible fue aquello.
Mis hijas durmieron con nosotros hasta que la pequeña le hizo compañía a la mayor. Ahora empiezan la noche juntas (ya que no estamos en la cama cuando ellas duermen), y terminan en nuestra cama. Las siestas todas con nosotros.
Y Greisi, pues qué será, a mí me pasa que mi madre habla mi mismo idioma sí, pero en otra órbita, en una esfera diferente, yo estoy en otra burbuja. Hay veces que pum, nos encontramos y coincidimos en la misma frecuencia, pero lo gracioso es que solo es desde que me alejé para venir a Texas, tengo un montón de años que me digo, donde estaba mi madre? no recuerdo conversaciones ningunas con ella, no creo que hemos compartido mucho por eso me entran estas angustias emocionales con mis hijas, quiero que sientan mi amor por ellas pero no quiero aplastarlas tampoco.
Bueno, ya me callo, dejo mas hilo para el lunes.

Silvia dijo...

me refiero a los de mi marido, es decir, mis suegros

Maulina dijo...

Nunca practique colecho aunque se meten a nuestra cama cuando lo desean. Pero más allá de practicar o no el colecho, destaco el rol de autoridad casi jurídica que pueden tener los profesionales de la salud a la hora de relacionarse con la familia

Zinnia Muñoz dijo...

Pues mira Greisi que mis padres han aprendido conmigo. Yo soy oveja negra en mi familia en el sentido en que pienso y he hecho cosas muy diferentes a lo que me enseñaron y a lo que han hecho mis padres y mis hermanos. Pero con costancia, diálogo y paciencia hemos llegado a muchos acuerdos y también han visto muchas cosas en los dos pequeños que nunca vieron en los dos mayores o en nosotros y gracias a eso me dan la razón y han cedido. Voy a poner un ejemplo muy simple: una de las cosas que sorprendió enormemente a mi mamá fue que, en los dos pequeños, sus manitas estaban siempre abiertas, no las empuñaban para dormir o cuando alguien los alzaba, lo cual es el común de los bebés. Mi madre se lo explico con el hecho de que nacieron en casa, que estuvieron desde el primer momento en un ambiente amoroso, en que no fueron violentados. Un detalle tan pequeño ayudó a que aceptara mi posición de parir en casa, cosa que le angustiaba. Y así ha pasado con muuuchas cosas.

Pues Silvia, como lo conversamos en alguna ocasión, no sabemos hasta donde ese inicio nos alejó de nuestra propia madre, verdad? Yo también he visto que la distancia resuelve muchos conflictos y da posibilidades nuevas de encuentros. Y por favor no te calles!

La reflexión del colecho es porque en el blog que cito es una preocupación grandísima de Luz. El síndrome de muerte súbita no ocurre cuando se practica colecho, ocurre en la cuna, de ahí la importancia de hacerlo.Puedes leer más sore el tema en Colecho De boca en boca

Un abrazo a toas y gracias por sus comentarios

Carmen Ibarlucea dijo...

Zinnia, a mi me gustaría poder sentir que la distancia me acerca a mi padre, pero no hay nada de eso... estoy como Greisi, sobre todo ahora que los chicos están grandes porque no cumplen sus expectativas.

La verdad es que salvo el parto en casa (a mi me hubiera gustado en el agua pero fue imposible encontrarlo en el Madrid de 1991, no debía tener los contactos adecuados) he hecho lo que he querido.

He dormido con mis hijos (primero por el miedo a la muerte subita y luego por que es un pacer), los he tomado en brazos, los he consolado y los he defendido a brazo partido... creo que tenemos una buena comunicación, pero igual veo que el mayor esta marcando sus limites y a veces creo que le gustaría que fuéramos más convencionales para poder justificar su rebeldia... ¡¡uuuuffff, esto me agobia un poco!!