sábado, 9 de abril de 2011

Conversaciones de mesa

Hace unos ocho días estábamos sentados a la mesa luego de tomar un almuerzo donde mis padres cuando mi madre dice algo como "...y la situación de Japón está cada vez peor con esa planta nuclear", Iryna nos mira y pregunta qué es una planta nuclear, lo que dio para una conversación de media hora donde mi padre y yo le explicamos a grosso modo y con ejemplos cercanos qué es esa forma de energía,  cómo funciona una planta, hablamos de átomos (neutrones, protones, electrones, núcleo) del movimiento de los átomos, de temperatura, presión y expansión, de radiación, de su efecto en los seres vivos, de los pescados contaminados con radiación que de seguro nos tratarán de vender, y claro, de por qué están con problemas los japoneses en este momento y lo afortunados que somos en no tener ni una planta de esas en nuestro país. Pero más allá llegamos a una especie de conclusión y es que todos vivimos en el mismo planeta y así tengamos a Japón al otro lado del mundo, todos nos vemos o veremos afectamos de una u otra manera, y que por eso las decisiones individuales y familiares, por muy pequeñas que parezcan, afectan a todos en un sentido u otro.

Y a decir verdad, este es uno de los tipos de aprendizaje que más me gusta, el que surge de una pregunta espontánea con un interés real (por pequeño que sea) y que deja puertas abiertas para muchas cosas más. Una cosa discutible de esta "metodología" es que es muy subjetiva (aunque no por ello es malo), que depende de otros para poder realizarla (y esto puede generar dependencia y pereza de buscar por sus propios medios como en el diccionario, en internet, o en otra parte) y que deben encontrar su momento apropiado para que se generen. Pero es una de tantas maneras y cuando se da me parece maravillosa, hasta me sorprendo de la manera en que se conectan mis neuronas para explicar tanta cosa de forma comprimida y sencilla (porque a veces las siento oxidadas, jejeje), y el resultado es tan gratificante y placentero...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me encanta cuando los aprendizajes se apoyan en esas cosas así, emergentes

Silvia dijo...

Estas son las ideas famosas, muchas veces las captamos inconscientemente del entorno, otras las leemos, otras las escuchamos, y una cosa va llevando a otra, además te hace a tí aprender porque narrar como dices pone a "prueba" lo que sabes y te plantea otros interrogantes, y siembra la semilla en Iryna o quien escucha, y no lo veo en absoluto como algo que genera dependencia o pereza, sino como estímulo a continuar).
Mi marido le explicó a mi hija pares y nones cuando ella preguntó, con los sobrecitos de azúcar y sacarina en el restaurante... y por el hecho de uno preguntar, es así que ponemos atención a la respuesta.
Es algo muy poderoso, esto de las ideas y conversaciones espontáneas y naturales.

Zinnia Muñoz dijo...

Silvia querida, pues espera a que tengas una adolescente que cada vez que encuentra una palabra desconocida en el libro que está leyendo te toma de diccionario y ahí te tiene dando significados y pidiendo ejemplos.... uf! Y ahí te cuento que la dependencia sí de puede dar. Supongo que es también por los largos años de escolarización que vivió Iryna, siente que el conocimiento está afuera y no dentro de ella...

Emergente... me gusta esa palabra

Me encantan esos espacios, y así han pasado muchos temas, como hablar de la muerte, de religión y tantas cosas más que ya no recuerdo... pero espero que ella sí, jeje

Un abrazo chicas

Silvia dijo...

Ja ja ja ja... quizá sea porque la adolescencia es otra época de porqués, como de niños.