lunes, 12 de abril de 2010

Mi escolarización

Nací en una familia de científicos... no de los de los laboratorios, sino de los de libros, tiza y borrador; toda una familia (papá, tíos, primos de mi padre) de docentes universitarios y docentes de colegio. Mi padre docente universitario de matemáticas, mi madre no ejerció (sólo un año) es economista. Creo que las vocales las aprendí en casa y algo de matemáticas, la tarea de leer y escribir inició en el jardín a los 4 años, yo veia que mis hermanos se iban al cole y me entraban las ganas de salir a conocer ese mundo de "afuera".

Lloré muuuucho el primer día, qué horror, luego ya pasó. Acostumbrada a vivir en una casa de adultos (mis hermanos, son mayores en 8 y 10 años) silenciosa y rodeada de música clásica, el jardín era extremandamente ruidoso para mí, eso sumado a tanto movimiento, me contrariaba... Yo me creía muy adulta, más madura que los demás de mi edad. Eso me duró hasta los 18... Ahora creo que me pasa al contrario :)

Aprendí con planas y todo eso. Aprendí bien. Pero nunca encajé.

Entré a la primaria y lo mismo: No encajaba. Era como una pieza de otro rompecabezas. Fue dificil y doloroso, pasé mucha soledad, mucho rechazo, burlas, exclusiones de todo tipo, de toda clase desde que no me invitaran a las casas, no me dejaban jugar con las otras niñas, hacía sola los trabajos en grupo porque nadie quería hacerse conmigo, ni en clase de gimnasia tenía con quien hacer los ejercicios.... Cinco largos años... Y en ese momento me preguntaba ¿por qué? Yo me bañaba todos los días, era muy buena estudiante, casi siempre obtenía el primer lugar en mi salón (sería por eso?)... Será que tenía un ego muy grande y sacaba corriendo a los demás? Será que era muy egoísta?.... uy! No sé, si pudiera observar desde quién soy hoy a la niña en el cole hace tantos años, tal vez encontraría una respuesta o al menos unas pistas... En fin, les rogué a mis padres que me cambiaran de colegio pero ellos nunca me tomaron esto en serio y decían que "esas cosas pasan" - "pero es que ninguna niña juega conmigo y nadie quiere en el grupo para hacer el trabajo" "otro día jugarán contigo", decían ellos pero nunca llegó ese otro día. Terminé la primaria y, afortunadamente, mis padres pensaron que el 'nivel académico del colegio' había bajado, así que me cambiaron, e inicié el bachillerato en otra institución. Al entrar, desde el primer momento me propuse que las cosas tenían que cambiar, y así fue, en parte, ya que tuve compañeras y compañeros con quienes compartir juegos y tareas, pero amigas verdaderas, ni una, nadie.

En cuanto a lo académico, en séptimo me cambiaron al grupo de los "vagos" (qué tal etiquetar las cosas así) y me dediqué más a jugar que a estudiar, eso fue un 'fin del mundo' para mis padres, así que en octavo me dije que lo mejor era mantener un término medio: ni ser la super estudiante con promedio 9.2, ni ser la vaga de 7,6, un 8,5 me pareció bien y así lo llevé hasta graduarme. Claro que en las materias que me gustaba le hacía con todo.

La universidad, pues uno siempre la disfruta aunque criando dos hijos tampoco tenía mucho tiempo para hacer vida social y pues, tampoco "encajé", pero se sentía diferente. Además, a Antropología llegan todos los "bichos" extraños que uno se pueda imaginar, así que ahí nos acompañábamos.

Mis hijos no pasaron por situaciones tan extremas como las mías, pero Iryna si se sintió sola en muchos momentos, hubo lágrimas, y nunca entendió del todo que sus compañeras de colegio fueran divinas un día y al otro ni el saludo. Gente superficial, contradictoria, vacía de pensamientos, hechos y afectos.

Cuando mis chicos llegaban tristes del cole, realmente los escuchaba y les preguntába, y si llegaba a la conclusión que debía ir a hablar con la profesora, mandar una carta, llamar a otra mamá, ALGO hacía. Pero, con desilusión, siempre vimos que los profesores no intermedian en las relaciones sociales de los chicos, no dialogan soluciones y todo lo reducen a "problemas de niños". De ahí el cuento de que la socialización en el colegio, como la vemos nosotros, es negativa, y más cuando no hay adultos (profesores) que sean buenos seres humanos y que estén interesados en aportar a la formación de los chicos.

... de verdad, aun hoy tengo la duda: ¿la loca era yo?

3 comentarios:

Silvia dijo...

Si la loca eras tú, entonces la loca era YO, y éramos todos, porque que tire la primera piedra el que diga que tuvo una experiencia en el colegio, instituto, y universidad, toda positiva de buena socialización y creadora de autoestima positiva.
Claro que todo no fue malo, al menos en mi caso, pero yo que era buena estudiante también sentía una soledad horrible por razones que como tienen que ver con alguién más no quiero contar de momento, pero lo que sí diré es que recuerdo amiguitas que incluso intentaron suicidarse a los 14 o 15 años, no es terrible? Por las burlas. Y embarazos no deseados, drogas, malas notas, presión social, profesores que se burlaban de alumnos...
Me acuerdo que mis padres me decían lo mismo si llegaba a casa con problemas, "mañana jugarán contigo", o "hazte otra amiguita", "ignora".
Educar en casa no es sobreproteger, es dar al niño la confianza, valores, y desarrollar su estima y talentos lo cual le hará bien como individuo, y como parte de la sociedad que somos hará bien a su comunidad.

Zinnia Muñoz dijo...

Lo que les cuento de la primaria, realmente fue espantosa todos los días fue mala, qué horror. El bachillerato no, ahí se llevaron las cosas.

Deacuerdo con lo que dices, no estamos sobreprotegiendo a nuestros hijos por educarlos en casa, estamos realmente compromeridos con su formación en todo lo amplio y profundo de la palabra.

Una cosa que si creo es que esas situaciones cotidianas que se generan en el colegio es el reflejo de lo que los chicos tienen o no en su casa; si tienen afecto lo darán en mayor proporción a los que sufren de abandono y agresión en su casa. La escuela es una radiografía de la sociedad en que vivimos (les parece?) porque si es así, ¡qué mal estamos!

Pero una cosa no podemos negar y es que nuestros hijos están creciendo en un micromundo, un poco diferente al común, porque nosotros como padre pensamos diferente y realizamos acciones consecuentes con ese pensar.

Silvia dijo...

Si, crecen en un micromundo pero SE que enriquecen el macromundo cuando se sumergen en el porque el micromundo ha sido una practica positiva y con una buena autoestima y en ese sentido aportan y buscan lo bueno de lo vivido en la familia y su micro sociedad, en el mundo y la sociedad al completo.