miércoles, 30 de junio de 2010

Carnaval Homeschool XX - Amor a las matemáticas

 Silvia nos propone en esta edición del carnaval que hablemos sobre las matemáticas.

Mi vida ha estado rodeada por las matemáticas y por matemáticos. Desde que tengo memoria han sido una parte fundamental de mi vida. Mi padre es matemático, fue profesor universitario por más de 30 años. La verdad no se de dónde viene su gusto por ellas, se que su deseo era ser ingeniero, pero no había esta carrera en la ciudad donde él vivía, así que estudió matemáticas por ser lo más cercano. Cuando terminó tuvo la oportunidad de estudiar ingeniería y ya no le gustó, así que comenzo a trabajar enseñando. Mi padre es un hombre curioso y creativo, y eso lo llevó a investigar y profundizar en diferentes temas tales como cálculo, teoría de conjuntos y fractales. Ha tenido siempre el interes de mejorar las prácticas pedagógicas de los docentes, así que ha participado en muchísimos seminarios, haciendo conferencias para docentes.

Mi hermano participó tres veces en las olimpiadas mundiales de matemáticas (mirad el link que encontré, jajaja) cuando yo tenía como 3 y 4 años (él es 10 años mayor), así que os podeis imaginar cúales eran los temas de conversación en la mesa de mi casa. Las servilletas eran usadas para resolver y graficar problemas. Las matemáticas eran pan de cada día en mi casa.

Antes de entrar al jardín, jugaba con mi madre a hacer conjuntos con triángulos, círculos, rectángulos y cuadrados, grandes, medianos y pequeños, gruesos y delgados. No recuerdo algo particular en la primaria. Mi padre tiene un dominó con fraccionarios que jugábamos en aquellas épocas. Dentro del gremio de los matemáticos existe el mito que el padre o la madre matemáticos son ineficientes para explicar a sus hijos ésta materia. Suena raro pero sí era muy frecuente. Pero en mi casa nunca hubo tal; mi padre fue y ha sido el mejor maestro que he tenido, aun hoy en día nos encanta resolver juntos problemas matemáticos. En casa había libros de problemas ingeniosos que yo resolvía con placer, eran todo un reto. También jugaba en atari (ya sé, eso suena dinosáurico) un juego llamado otello, era todo estrategia y matemáticas. 

En el bachillerato tuve la fortuna (aunque estoy segura que para otros fue una pesadilla) de tener al mismo profesor los 6 años. Era exigente, pero explicaba bien y además, cuanta pedagogía y lúdica sabía la aplicaba en clase. Así que con él las matemáticas no eran solo papel y lápiz, eran tijeras, pegante, hilo y aguja, origami, colores, módulos, y luego computadores. A mí me encantaban las matemáticas y la clase con él era un goce. A veces yo intuía que había otro método para resolver un problema diferente al visto en clase y mi papá me sugería por dónde seguir, y llegar al mismo resultado pero usando otro camino era un placer magnífico. Este profe hacía a veces evaluaciones en las que uno podía sacar más de la nota normal: en una evaluación larga uno podía sacar nota de hasta 20 (20 sobre 10), así que se podía acumular nota fácilmente y quedar tranquilo, o para algunos era la oportunidad de recuperarse y pasar. Nos hacía trabajar en grupo; a veces nos dejaba en examen, todos calladitos, pero al ver que no volvía, nos organizábamos en grupo y resolvíamos el cuestionario, eso nos inducía a trabajar con otros y a explicarle a los que no entendían qué era lo que sucedía y lo que había qué hacer. Y aunque parezca raro, de vez en cuando (unas tres veces al año) nos decía que la próxima clase fueramos en traje deportivo y no hacía clase de matemática sino que salíamos a jugar. Realmente tengo muy gratos recuerdos de las matemáticas de esta época y fueron una gran satisfacción para mí.

Una cosa en la que siento eran "matemáticas aplicadas" era la clase de dibujo técnico. Otra de mis favoritas, me encantaba y me iba super bien. Pienso que es una buena manera de trabajar las mates y es una de las cosas que, en su momento, queremos hacer con los chicos, "queremos" porque Fabián también disfrutó y aprendió mucho de esta materia.

Y salí del cole y comencé a estudiar en la U... adivinen qué... matemáticas! Y ahí ya no me gustaron tanto (el cálculo.... guacala!,  fundamentos qué delicia) Y menos me gustó que al presentar el primer examen todo el departamento de matemáticas se enteró de mi nota, claro, era la hija del profesor Muñoz. Y esa presión social no quería llevarla por 5 años más. Todo eso, sumado a algunas cosas de mi vida, hicieron que tomara la decisión de dejar la carrera, sin haber terminado el primer semestre.

Entonces a mí las matemáticas, en especial las de la primaria, que son las que uno usa en la vida diaria, me parecen deliciosas. También me encanta el álgebra. Las mates no son difíciles. Yo creo que hay mucho profesor que no las sabe enseñar. seguro muchos han tenido un docente de preescolar o primaria que los inició en las matemáticas y en la lectoescritura, dos temas, que con su permiso, creo que no tienen ni idea, por lo tanto, el comienzo en estas áreas es con frecuencia un desastre. Por otro lado, los profesores a un grupo, solo explican las cosas de una sola manera y así muchos chicos se quedan sin aprender, porque necesitan de otros ejemplos, de demostraciones, de gráficas, de manipulables, etc. Eso lo aprendí cuando trabajábamos en grupo y que lo que era obvio para mí, era incomprensible para otros, así que tenía que armarme de creatividad e ingenio para ayudarles a comprender los problemas a algunos de mis compañeros y que grato era cuando entendían.

En antropología solo veía dos materias relacionadas con las mates: lógica de las ciencias y estadística. De resto poco o nada.

Aunque uno no aplique diariamente las matemáticas del bachillerato, pienso que contribuyen a la formación de pensamiento y eso me parece válido e importante, creo que es uno de los aspectos más importantes de las mates, que tienen pasos, procesos que se tienen que seguir que secuenciar, organizar para llegar a un resultado y ese pensamiento, esas conexiones en la cabeza son muy importantes.

Yo no creo que la matemática y las humanidades estén tán distantes, en mi cabeza veo a veces los problemas sociales como ecuaciones matemáticas, en la forma en que se clasifican, se agrupan, se "suman", hay intersección, pertenece o no pertenece, fracciones, porcentajes, y tantas cosas más, sin simplificar la realidad pero aportando una visual más estructurada y a veces, legible.

La vida cotidiana está llena de recursos matemáticos. Las fracciones se aprenden repartiendo (y comiendo) una torta o una manzana, y hay matemáticas en el hacer un mandado a la tienda, analizar una encuesta de las noticias, poner la mesa, hacer una torta, construir un mueble o un juguete, analizar los recibos de servicios públicos (cuánto se consumió, compararlo con otro mes, hallar un promedio, relacionar dinero y consumo), áreas con los espacios de la casa o lo que cabe en un plato, en la velocidad del internet, en las distancias que se recorren en una salida, en hacer un crucigrama, en la cantidad de jabón que se le echa a la ropa, en el peso y la estatura, en fin, recursos hay miles, hay que tener el ojo para verlos y aprovecharlos en un buen momento.

Fabián dice que lo mejor de las matemáticas es cuando uno encuentra en qué aplicarlas (o cuando las aprende aplicadas, prácticas, diría yo).

Iryna lo resume muy bien: las matemáticas le gustan... cuando las entiende.

6 comentarios:

Sandra dijo...

Ufff, que envidia me das! de la sana ehh. Mi relación con las matemáticas ha sido todo lo contrario. A ver si a medida que Ariam aprende voy cambiando el chip porque si no!!!
Besos.

Silvia dijo...

Si, es muy bonito escuchar que las matematicas tenian buena acogida en la familia, y lo del profesor que tuviste es de pelicula. Que bonito que trabajabais en GRUPO, y que habia la libertad de encontrar diferentes caminos, y que el reto era con uno mismo y a aprender a pensar, no competir, pasar y YA. Y que os dejaba jugar, os enseñaba con manipulativos, y que le gustaba que todos aprendieran y fueran incluidos.
Pero lo que mas me gusta es la frase de Iryna. Es cierto, cuando uno entiende da satisfacción.

Maulina dijo...

Que relato más lindo. Es un bellísimo testimonio
En México hay antropologos investigando didáctica de las matemáticas, y se que hay por ahí una teoría antropológica de lo didáctico

Carmen Ibarlucea dijo...

Zinnia, yo también muero de envidia con tu profesor de matemáticas y tus padres, todos tan creativos.

No puedo imaginar lo que es enfrentar las matemáticas como un gozo, pero suena delicioso.

Un millón de gracias por compartir una experiencia tan positiva,

Zinnia Muñoz dijo...

Gracias a todas por sus comentarios. Pues sí que las matemáticas han sido una parte alegre de mi vida con muchas satisfacciones, han sido todo un placer.

Un abrazo a todas

Desdemicordilleradelosandes dijo...

guauuu Zinnia que ambiente de grato de estudio tuviste , y me sumo a las demas que envidia!!!
besotes!!!