viernes, 14 de mayo de 2010

Recuerdos de Nacimientos

Estaba leyendo este post de Tenemos Tetas que me dejó pensando en muchas cosas…

Iryna nació en el hospital, común y corriente, es decir, con oxitocina, episiotomía, la alejaron de mí no más al nacer, el médico jaló la placenta, le dieron un “teterito” porque yo “de pronto” no tenía nada que darle… En fin, como es un nacimiento en casi todo el mundo “civilizado”.

Pero si esto fue feo con Cedric me fue peor, venía con circular de cordón y se le bajaban las pulsaciones con cada contracción, así que decidieron hacerme cesárea, pero a penas el médico cortó la piel me dolió y cuándo lo dije dio la orden para que me pusieran anestesia general. No alcancé a decir nada cuando se me cerraron los ojos. Así que no supe nada de cómo nació él. Me desperté dos horas después. Al segundo día en el hospital la pediatra pasó a revisar al gordo y dijo que lo tenían que llevar a hacerle unos exámenes… se lo llevaron, me lo arrancaron todo ese día y yo lloraba y sentía que me moría. Lo dejaron en el cuarto de recién nacidos donde absurdamente solo dejan a los papás entrar como una hora al día. Entré para darle de comer y era tanta mi ansiedad que no lo veía… Estaba todo, todo su cuerpecito brotado, le habían cambiado la ropita que con tanto cariño le habíamos preparado para esos primeros días… estaba muerto de hambre… siempre ha comido con muchas ganas y con mucha ansiedad. Casi me enloquezco cuando me dicen que “de pronto” el niño se tiene que quedar, que yo me vaya solita para la casa. Y todo porque tenía un soplo funcional (que no es nada grave y que se le cerró a los tres meses) y porque no fueron capaces de hacerle rápidamente  una radiografía para evaluar la situación. Los médicos se apoderaron de nuestra vida por dos días, sin más, y no hubo nada que pudiéramos hacer.

Con Iryna hemos tenido muchos puntos de encuentro a través de los cuales hemos podido curar heridas viejas y continuar. Pero con el mono siento que cada vez está más lejos y no es sencillo, porque a veces no sé qué paso dar, por dónde acercarme,  y tengo un carácter difícil que no modero como quisiera. Y leo a Ileana y pienso que hasta dónde una parte de lo que está pasando con Cedric tiene una raíz en ese nacimiento tan poco natural, tan distante, frustrante y violento para los dos.

Por otra parte pienso en mí misma y en mi propia madre, que sólo me lactó hasta los 5 meses, que me puso a dormir en cuna desde el día en que nací y a los 8 meses me sacó de su cuarto y me puso a dormir con mi hermana, y que nos ha trasmitido sus afectos a través de alimentos y ropa hecha por ella, pero no por caricias y yo siempre con esas ganas de abrazarla y de dejarme abrazar… La entiendo, sé que eran modas de la época, la medicalización de la maternidad, su majestad la ciencia, y no hay cabida para echar culpas, no es que tenga rencor o algo semejante (lo hubo sí, pero hace años, eso ya pasó). Lo que yo siento es que a mi niña interior todavía le hace falta un abracito, que se resignó por la fuerza de la costumbre, pero que nunca ha dejado de extrañarlo. Y en estos días me hace tanta falta…

Quien era qué decía que tener un hijo era comenzar a comprender a nuestros padres... Todos cometemos errores como padres, la tradición es tratar de no cometer los mismos de los propios (jeje), pero igual todos nos equivocamos en muchas cosas de la crianza, por ignorancia, por falencias, por orgullo…

7 comentarios:

Silvia dijo...

Oh, Zinnia, pero como eres. Yo que me creía loca porque yo veo a mis hijas y siento que mucho de lo que son y como actúan tiene que ver con cómo nacieron! Qué bárbara, y ahora que sacas lo de tu y tu hermana y tu madre, y pienso en mi infancia, a mí también me hace falta ese abrazo, esa unión que no tengo con mi madre. Yo la quiero mucho, pero somos tan diferentes. Yo soy niña de cuna, biberón, y lo que recuerdo más fue la relación más estrecha con mi abuela materna, la que me crió. Ella me hizo mi 'mini homeschooling'. Me enseñó a leer y me ponía a hacer mi escuelita en un pupitre que luego servía de mesa para comer, me llevaba al parque, de paseo.
Pero volviendo a mis hijas, la mayor nació con epidural, episotomía, se la llevaron, le costó un poco, bueno, nos costó un poco conectar con ella y empezar a darle el pecho...luego todo mejoró, pero siempre ha sido un poco lloroncilla y ansiosa, se le está quitando poco a poco. Gracias a Dios la di pecho hasta casi el año y medio. Como dices tu con el 'mono', mi personalidad fuerte choca con la mayor, pero poco a poco voy sacando paciencia, teniendo calma y ternura, porque es muy sensible y compasiva, siempre se preocupa por los demás y es, cuando está tranquila, muy agradable y obediente.
Pero mi segunda hija, que nació en el hospital en 20 minutos (osea que estuvimos en casa casi todo el parto), y gateó para amamantarse, sin medicinas ni nada, y la cual estuvo con nosotros desde el principio, desde bebé ha sido siempre tan adaptada, es tierna y le encanta acurrucarse y dormir con nosotros, pero a la vez es un ser tan independiente y capaz.
La mayor se chupó el dedo cuatro años y luego le llegó una madurez formidable y lo dejó por sí sola, la pequeña nunca tuvo mantitas, ositos ni dedo, YO soy su 'osita de peluche', se pega como pinza para dormir y luego se acurruca solita si quiere.
Ay, que razón tienes. Uno desea no cometer los "errores de nuestros padres". Y claro que cometeremos otros, Zinnia, pero hay algo importante. Nuestros hijos nos podrán decir el día de mañana, mami esto, papi lo otro, no me gustó, o me hizo mucho bien, y nosotros siempre podremos responderles "hijo, hija, nosotros SIEMPRE recapacitamos sobre nuestro trabajo, admitimos los errores de los que nos dimos cuenta, y pusimos mucho de nuestra parte para educaros con amor, dignidad, y de la forma mejor de la que fuimos capaces.
Me encanta leerte, Zinnia,
Besitos,
silvia

Zinnia Muñoz dijo...

Hola Silvia. Gracias por los besitos. Estoy con la sensibilidad alborotada y esos apapuches virtuales me augan los ojos. Gracias de verdad. Y tu experiencia con las niñas... Si, uno se pone a pensar si algunas cosas de esas que no nos explicamos muy bien tienen base en esos primeros momentos al llegar al mundo. Deseamos que con amor los podamos sanar, verdad? Pero después de tantos años (11 del mono) igual, mucho amor pero en mi cabeza es más difícil, pero me agarro de la esperanza de verlo mejor, de que pueda estar más contento y satisfecho consigo mismo. Nos espera un largo camino y aunque no creo que esté preparada sé que la vida me dará las herramientas para afrontarlo. Ah! porque no les he contado, estas son las últimas dos semanas de Cedric en el cole... y estoy un poco... asustada!

Silvia dijo...

Como no vas a estarlo. Son pasos muy grandes y muy difíciles. Tu camino con Cedric y el suyo propio están siendo duros, pero de veras te digo Zinnia que el sacarlo del colegio tengo la acorazonada de que va a ayudar a sanar muchas cosas. Mira, ¿no has pensado que el se siente marginado por ser el único que va al cole? Los hijos no lo ven como nosotras, yo sé que tú, sabiendo que requiere de tantas atenciones especiales piensas que otros mejor preparados le pueden aportar algo, y claro que pueden, pero no ahora, ahora lo que necesita es el amor de su familia que está dispuesta a dárselo.
Mira, en EEUU muchas familias educan en casa a niños con miles de cosas que al final no son ni tan diferentes ni tan traumáticas. Piensa que antes de su integración más independiente a la comunidad o sociedad, todo el tiempo que esté con vosotros es un regalo para ambos, y es un tiempo en el que no importa lo que seamos ni cómo seamos, porque somos queridos y apreciados con nuestros defectos y nuestras virtudes.
Y si, la vida te va a preparar Zinnia, y Cedric también os va a preparar y se va a integrar a vuestra dinámica. Todo lo bueno da miedo, creo.

Silvia dijo...

(Perdón, no quise implicar que no estéis dándole ya todo vuestro amor, estaba pensando en que ahora sus atenciones van a ser a todas las horas del día sin limitarse a antes y después del colegio, y la calidad cuenta tanto como la cantidad a estas edades).

Zinnia Muñoz dijo...

Tranquila Silvia. Creo que no necesitas disculparte, creo que nunca serás aquí "mal leida". Sí lo he pensado, todos en casa y él afuera (literalmente). Una de las cosas que todos necesitamos es que se integre a la dinámica de familia. También espero que el estar más tiempo juntos sea bálsamo para las heridas y nos ayude muchísimo a todos. Seguro que sí. Gracias

Carmen Ibarlucea dijo...

Zinnia, que post tan autentico.
Creo que muchas nos hemos sentido así con nuestros hijos... la culpa catolica que cargamos los latinos.
Te contaré que a mi me ayudo mucho conocer a una pareja con una niñita adoptada. La relación entre ellos tres y con los hermanos mayores es muy buena, pero no dejó de pensar que esa niñita si tuvo una experiencia terrible al nacer ( y no mis hijos) porque a ella le duro los primeros meses de su vida, sin embrago se la ve muy bien... quizás yo peco de sobre-esperanza, pero es que creo que siempre es tiempo de esperanza, y ahora ustedes inician un nuevo camino, con menos presión externa... veras Zinnia que eso va a hacer que se conozcan mejor y que estén ambos más seguros de su amor reciproco... y se reirán mucho juntos... y esa es la mejor de las caricias.

Desde el otro lado del mundo, un abrazo muy fuerte.

Zinnia Muñoz dijo...

Gracias Ipe por los ánimos.

Esperamos que suceda todo eso que dices, que nos conozcamos mejor gracias al aumento del tiempo compartido. Cedric es muy influenciable, pero muuucho, cree todos los cuentos que le dicen sus compañeros en el cole... así que tenerlo en casa, como tú dices, vamos a tener menos de esa presión de compañeros, profesoras y demás. Ya tenemos algunas cosas preparadas para él, y bueno, para adelante con esperanza, claro que sí.

Un abrazo transoceánico también para ti